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Levantar pesas, correr y nadar mostrando las extremidades son ejercicios que se ofrecen en el Roger le Gall Piscine, un gimnasio de París (Francia) que permite a los naturistas hacer ejercicio como vinieron al mundo. Y no infringen ninguna ley.
Pero, irónicamente (o lógicamente), aunque los participantes son libres de descubrir sus abonos, no pueden utilizar ningún aparato del gimnasio sin una toalla.
Continúa después de la publicidadDurante dos noches a la semana, el local está ocupado por la Asociación Naturista de París, que dice tener cada vez más adeptos a esta práctica.
Los aficionados pueden incluso tomar clases de natación para perfeccionar sus pulmones, o participar en una zona de clases aeróbicas en el agua desnuda.