Uno de los cereales de consumo más antiguo del mundo, hasta el punto de ser un grano básico en la dieta de los campesinos durante la época medieval, es la cebada. Hoy en día, este alimento sigue estando presente en las comidas de europeos, africanos y habitantes de naciones de Oriente Próximo, por ejemplo.

Fuente de fibra, este alimento también es fuente de hidratos de carbono, manganeso, selenio, cobre, fósforo, magnesio, hierro, potasio, vitamina B1, vitamina B3 y vitamina B9.

Como resultado, la cebada se ha asociado con beneficios tales como ayudar al sistema digestivo, ayudar a reducir los niveles de colesterol, ayudar a la salud del corazón y proporcionar antioxidantes.

Pero, ¿tiene gluten la cebada?

Para quienes padecen celiaquía, sensibilidad o intolerancia a la proteína del gluten, es esencial saber qué alimentos contienen esta sustancia y mantenerse alejados de ellos.

Del mismo modo, hay quienes deciden excluir el gluten de su dieta, incluso sin padecer una de estas afecciones, y también para ellos es importante saber qué alimentos contienen gluten y cuáles no.

Entonces, ¿tiene gluten la cebada en su composición? Pues bien, según la información encontrada, la cebada contiene de forma natural la proteína gluten. En otras palabras, este cereal no es apto para la dieta de las personas mencionadas anteriormente.

Sin embargo, las proteínas glutinosas de la cebada pueden verse muy disminuidas por procesos como la germinación o la fermentación del grano.

El problema es que, aunque la germinación puede ayudar a reducir el contenido de gluten del alimento, la cebada seguirá manteniendo intactas las proteínas del gluten y, por tanto, debe ser evitada por aquellas personas que no pueden (o no quieren) comer gluten en absoluto.

Para quienes sufren problemas como un sistema digestivo sensible, el síndrome del intestino irritable o los síntomas del síndrome del intestino permeable, se recomienda evitar la cebada, además de otros cereales, al menos durante un tiempo para permitir que el intestino se recupere.

¿Y la cebada engorda?

Ahora que hemos visto que la cebada tiene gluten, podemos analizar si este alimento puede favorecer el aumento de peso.

En primer lugar, hay que recordar que no es un alimento el único responsable del aumento de peso, sino que es toda una dieta la que determina que el peso se mantenga, disminuya o aumente.

Dicho esto, una advertencia: la cebada puede estimular el aumento de peso si se consume en exceso.

Según la información encontrada, 100 g de cebada cocida tienen 123 calorías, mientras que una taza del alimento tiene 193 calorías.

Lógicamente, cuanto mayor sea la porción que se consuma del alimento, más calorías aportará la cebada y puede contribuir a una acumulación excesiva de calorías.

En cambio, si la ingesta de alimentos es moderada -aproximadamente 30 g de cereales aportan 35 calorías-, es posible consumirlos sin engordar, obviamente si el contexto es el de una alimentación sana.

De lo contrario, se puede experimentar un aumento de peso como consecuencia de un descuido con la ingesta de otros alimentos y bebidas.

Fibras

Ya hemos visto al principio de este texto que la cebada sirve como fuente de fibra: una taza de cebada mondada cocida contiene 10 g de fibra.

100 g de cebada cocida tienen 3,8 g de fibra, mientras que aproximadamente 30 g del alimento están compuestos por 1,1 g de fibra y una taza de cebada cocida aporta 6 g de fibra.

Uno de los beneficios atribuidos al grano fue la ayuda en la pérdida de peso, precisamente gracias a que el alimento sirve como fuente de fibra para el organismo. Vale recordar que el nutriente es conocido por actuar en la promoción de la sensación de saciedad en el cuerpo.

Además, un estudio realizado por un investigador estadounidense y sus colegas descubrió que la suplementación diaria con 6 g de fibra de betaglucano de cebada concentrada de alto peso molecular en la dieta de hombres y mujeres durante seis semanas producía una disminución del peso y de los niveles de hambre (esta última de forma significativa).

Sin embargo, es importante señalar que la investigación evaluó la suplementación con betaglucanos aislados de cebada.

Carbohidratos

También según otros estudios, en comparación con los cereales refinados como el pan blanco, comer cereales integrales como la cebada disminuye los niveles de hambre e influye en la absorción de carbohidratos, por lo que los almidones (un tipo de carbohidrato) se absorben a un ritmo más lento.

Los hidratos de carbono están asociados a los niveles de azúcar en sangre. Cuando estos índices suben demasiado deprisa, en picos, probablemente acabamos sintiendo hambre más rápido que si hubieran subido de forma más controlada.

Según una investigación sueca, la cebada puede ayudar a combatir el hambre precisamente porque eleva los niveles de azúcar en sangre más lentamente que un donut o un bagel, por ejemplo.

Los alimentos actúan ayudando a evitar los picos de azúcar en sangre que nos dejan hambrientos.

Pero, ¡cuidado!

Al igual que ningún alimento es responsable del aumento de peso, tampoco es un único alimento el que nos hace adelgazar. La cebada puede aparecer y ser útil en una dieta enfocada a la pérdida de peso, sin embargo, no es el simple hecho de consumirla sabiamente lo que nos hace adelgazar.

Como ya sabrás, para adelgazar es fundamental que toda la alimentación sea controlada, equilibrada, nutritiva y saludable, preferiblemente supervisada por un buen nutricionista.

Fuentes y referencias adicionales:

• //www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18838533

¿Has oído alguna vez que la cebada tiene gluten? ¿Sigues una dieta restringida en gluten y quieres excluir ahora este cereal de tu dieta? ¡Comenta a continuación!